El caso Hasél

Pablo Rivadulla Duró (nací el 9 agosto de 1988), conocido artísticamente como Pablo Hasél, es un rapero español. Elegió el nombre Hasél inspirandose por un personaje de un libro de cuentos de literatura árabe. Es hijo del empresario Ignacio Rivadulla, presidente de la Unió Esportiva Lleida de 2007 a 2010, procesado también por haber dejado a la entidad con una deuda de 10 millones de euros. Hásel es a su vez nieto del teniente franquista Andrés Rivadulla Buira. Pablo Hasél es autor de numerosas maquetas y demos, así como recopilaciones de temas sueltos, inéditos, acapellas y poemas. En sus letras, trata tres tipos de temáticas con las que describe a su público la realidad que él percibe: crítica social y rap antisistema, temas sentimentales y personales. Ha distribuido todos sus trabajos de manera gratuita en Internet.  

En 2014 fue condenado a dos años de prisión por enaltecimiento del terrorismo, debido al contenido de sus letras.En junio de 2020 fue condenado, en sentencias no firmes, a seis meses de cárcel por lesiones por agredir y rociar con un líquido de limpieza a un periodista,y a dos años y medio de cárcel por agredir a un testigo en un juicio contra un agente de la Guardia Urbana de Lérida. La Audiencia Nacional, en contra de la opinión del Ministerio Público, ha confirmado la condena a nueve meses y un día de prisión, que le impuso el Tribunal Supremo en mayo de 2020, por los crímenes de apología del terrorismo e injurias a la Corona y a las instituciones del Estado. El rapero, que ya fue condenado en marzo de 2015 por delitos similares a una pena inferior a dos años, por lo que le ahorró la entrada en la cárcel, esta vez cumplirá la condena privada de la libertad personal.El 28 de enero de 2021, la Administración de Justicia dio a Hasél diez días para entrar en prisión voluntariamente, a través de una notificación a su abogado. El rapero se negó al ingreso voluntario y, para evitar su detención, procedió en su lugar a atrincherarse en la Universidad de Lérida el 15 de febrero junto con un grupo.Al día siguiente, los Mozos de Escuadra accedieron al recinto del rectorado y procedieron a detenerlo. Más de 200 artistas españoles de distintas disciplinas culturales habían firmado un manifiesto apoyando la libertad del rapero una semana antes de su entrada en prisión pero la Audiencia Nacional desestimó el recurso de súplica del artista para no entrar en prisión dado que debido a sus antecedentes penales no cumplía los requisitos necesarios para que se pueda suspender el ingreso en prisión, y, además, consideraba que «Con este historial delictivo, resultaría absolutamente discriminador respecto de otros delincuentes, y también una grave excepción individual en la aplicación de la ley, totalmente carente de justificación».Pocos días después, el 18 de febrero de 2021, la Audiencia de Lérida confirmó otra sentencia en la que se le condenaba y que este había apelado. Este otro juicio tuvo lugar en enero de 2020 por hechos de octubre de 2017, en el que se le condenó a dos años y medio de prisión por obstrucción a la justicia y amenazas a un testigo al que habría amenazado con matar.  

Manifestación 

La detención del rapero en la Universidad de Lleida se considera un ataque a la libertad de opinión, pero para muchos jóvenes el malestar se debe a las dificultades de acceso al mercado de trabajo, con un desempleo juvenil que supera el 40 %. “Hay mucha ira y una acumulación de injusticias y problemas que nos afectan a los jóvenes pero que se extienden al resto de la sociedad. Por esto las personas empezaron a manifestar el 16 de febrero, en Barcelona así como en otras ciudades españolas en apoyo al cantante. Si bien dichas manifestaciones empezaban pacíficas, después de los primeros 5 días, se saldaron con 102 detenciones, 32 de los cuales menoresLa detención del rapero Pablo Hasél, condenado a nueve meses por “exaltación del terrorismo e injurias a la Corona” en algunos tweets y canciones, provocó una ola de indignación. Sólo en Barcelona se han producido más de 75 detenciones, de las cuales 24 son menores, con saqueos y ataques a tiendas y a estructuras emblemáticas como el Palau de la Música. Pero ya el miércoles pasado los enfrentamientos alcanzaron picos de violencia, como en el caso de una chica que perdió un ojo a causa de una balaLa política está dividida entre quienes apoyan a las fuerzas del orden y quienes las condenan por la violencia contra los manifestantes.  La coalición de gobierno ha vuelto a dividirse, a pesar de que todos están de acuerdo en una reforma del Código Penal para castigar con la cárcel sólo los delitos relacionados con la libertad de opinión que constituyan un claro riesgo para el orden público. Dos portavoces de Podemos se han puesto del lado de los manifestantes. El caso Hasél ha llevado a la formación de un nuevo gobierno en Cataluña.  

Commentario personalPersonalmente, estoy de acuerdo con las manifestaciones porque no es justo encarcelar a Pablo Hasél, sólo porque ha expresado su opinión a través de un Tweet. Sin embargo, cada manifestación debe hacerse de la manera correcta, ya que en lugar de ser pacifista es destructiva no estoy de acuerdo. Porque hubo gente que fue a la cárcel, una mujer perdió un ojo. Aquí es donde los ciudadanos se equivocan, porque si quieren que el Estado y los órganos políticos les escuchen, entonces deberían comportarse pacíficamente, sin demoler la ciudad o las personas que la rodean. Creo que nadie debería ser condenado penalmente por twittear o cantar algo desagradable o escandaloso. Porque sería no responder a uno de los derechos humanos más importantes como la libertad de expresión. Rapear no es un crimen, así como tuitear un chiste no es terrorismo. Por lo tanto, de acuerdo con el Estado debe detenerse más en lo que la sociedad quiere. sin embargo, la sociedad debe cambiar la forma de hacerse escuchar. Creo que si un rap italiano hacía lo mismo que Hasél, no creo que fuera a la cárcel. Porque precisamente como ejemplo de un rapero italiano es Fabri Fibra, que a menudo ha sido retomado por lo que escribía y divulgaba sobre sus canciones, porque criticaba la política italiana. Pero no fue enviado a la cárcel, porque cada uno tiene su propio pensamiento y es justo que lo exprese. Correcto o incorrecto. Claro que si el mensaje es pesado o impertinente es justo que cada cantante sufra sus propias medidas, pero no por eso es justo que vaya a la cárcel. 

Sitios donde me he informado: Messaggero, il Fatto Quotidiano y Wikipedia

M.Clarice Bucciarelli 4M